El obispo Sébastien Joseph Muyengo Mulombe, de la diócesis católica de Uvira, en la República Democrática del Congo (RDC), y dos sacerdotes católicos fueron robados de sus propiedades durante un ataque armado en el que participaron presuntos miembros de las Fuerzas Armadas de la nación centroafricana (FARDC).
Según un informe del 21 de febrero, el obispo Muyengo, el padre Bernard Kalolero y el padre Ricardo Mukuninwa “escaparon por poco de la muerte” cuando presuntos soldados de las FARDC irrumpieron en la residencia del obispo el 20 de febrero “por la mañana a las 8:30”.
En el reporte de la agencia de noticias Fides, el servicio de información de Propaganda Fide, el padre Ricardo es citado explicando cómo los tres supuestos soldados de las FARDC en uniforme, que hablaban tshiluba, una lengua hablada en Kasai Occidental y Kasai Oriental, dos provincias situadas en la parte centro-occidental de la República Democrática del Congo, entraron en la residencia del obispo, asustando al guardia de seguridad.
“Salí a preguntar a los soldados qué estaba pasando, pero nos apuntaron con sus armas a todos y nos tiraron al suelo con el obispo. Nos robaron, se llevaron dinero, teléfonos y otras pertenencias personales”, denuncia el padre Ricardo.
Tras el robo, el padre Ricardo continuó: “Luego nos encerraron en nuestras habitaciones y amenazaron con matarnos si nos movíamos para poder registrar toda la casa. »
“Gracias a Dios ya no están y seguimos vivos. Las Hermanas Misioneras de Jesús Emmanuel llegaron a nuestra casa sin saber lo que había sucedido y fue la única forma como pudimos comunicar lo ocurrido. “En estos momentos no podemos comunicarnos con nosotros desde nuestros teléfonos móviles”, añade.
Según la Agencia Fides, el robo del que fue víctima el obispo fue llevado a cabo por soldados del ejército regular de las provincias de donde provenían estos militares.
Las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur se han visto duramente afectadas por el terror impuesto por los rebeldes del M23. Estos últimos, que al parecer cuentan con el apoyo de la vecina Ruanda y de algunas facciones de las fuerzas armadas congoleñas, han tomado el control de ciudades y puestos estratégicos en la región, especialmente Goma y Bukavu, en medio de violentos enfrentamientos.
Los combates han agravado la crisis humanitaria en todo el este de la República Democrática del Congo. Además de los saqueos, incluso en locales de iglesias, muchas personas perdieron la vida, hasta el punto de que incluso hubo cadáveres abandonados en lugares de culto.
En otro informe de la Agencia Fides, se elogia a unas monjas católicas y a un capellán por haber evitado que una prisión en Kivu del Sur, que cayó en manos de la milicia M23 el 16 de febrero, fuera completamente incendiada.
Según informó el jueves 20 de febrero una fuente de la Iglesia local de Bukavu, capital de la provincia de Kivu del Sur, afirmó: «Es gracias al capellán y a algunas monjas que la prisión no quedó completamente reducida a cenizas. »
La fuente anónima dijo que los soldados de las FARDC saquearon la ciudad mientras huían del avance de los rebeldes del M23 y que «la prisión también fue objeto de saqueos», aunque no está claro si fue incendiada por forasteros o por los propios reclusos, que le prendieron fuego antes de escapar.
«Sólo la intervención del capellán, asistido por algunas monjas, evitó que las llamas destruyeran completamente la prisión. La capilla de la prisión también fue saqueada, pero el sacerdote logró evitar su destrucción», dice la fuente a la Agencia Fides.